REFLEXION: Mi glorioso futuro



¡Oh, Cristo, Rey de reyes! Eres el Señor de la historia. Por tu Palabra entiendo que todo lo que sucede forma parte de tu plan soberano, el cual culminará en tu triunfo, para alabanza de tu gloria.

Antes sentía miedo al pensar en el futuro; pero ahora que soy tuyo, gozo de paz y seguridad. Sé que al dejar esta vida terrenal, iré a estar contigo.

Anhelo el día cuando vendrás para llevar a tu Iglesia. Resucitarás a los creyentes que murieron y transformarás a los vivos. Participaremos de tu victoria cuando regreses a la tierra para establecer tu reino
de paz y justicia.

Tú, Señor, me has librado del terrible castigo del infierno y me has preparado un hogar eterno en la refulgente ciudad celestial. Esta bendita esperanza
me inspira a una vida de servicio y santidad.

No logro comprender totalmente el glorioso futuro que me espera, pero sé que te veré y gozaré de tu presencia. Así como lo haré en aquel día, uno hoy mi voz al gran coro de los redimidos para celebrar tu gloria.


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