La mesa del Señor



La copa de bendición que bendecimos,
¿no es la comunión de la sangre de Jesucristo?
El pan que partimos, ¿no es la comunión
del cuerpo de Cristo?

Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser
muchos, somos un cuerpo; pues todos
participamos de aquel mismo pan.

No podéis beber la copa del Señor, y la copa
de los demonios;

No podéis participar de la mesa del Señor,
y de la mesa de los demonios.

De manera que cualquiera que comiere este
pan o bebiere esta copa del Señor indignamente,
será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor.

Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y
coma así del pan, y beba de la copa.

Porque todas las veces que coméis este pan
y bebáis esta copa,

La muerte del Señor proclamáis hasta que
él venga.


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