Obreros para la mies



Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando
en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio
del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia
en el pueblo.

Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas;
porque estaban desamparadas y dispersas como
ovejas que no tienen pastor.

Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es
mucha, más los obreros pocos.

Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe
obreros a su mies.


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