Andad en el Espíritu



Mirad, pues, con cuidado, cómo os comportáis;
no como imprudentes sino como prudentes.

Andad en el Espíritu, y así jamás satisfaréis
los malos deseos de la carne.

¡O no sabéis que vuestro cuerpo es templo del
Espíritu Santo, que mora en vosotros, el cual
tenéis de Dios, y que no sois vuestros?

Pues habéis sido comprados por precio.
Por tanto, glorificad a Dios en vuestro cuerpo.


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