El divino Consolador



Yo rogaré al Padre, y os daré otro Consolador, para
que esté con vosotros para siempre:

El Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede
recibir, porque no le ve, ni le conoce;

Pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros,
y estaré en vosotros.

Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien
el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará
todas las cosas.

Cuando venga el Consolador, a quien yo os enviará
del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del
Padre, él daré testimonio acerca de mí.

Y si el Espíritu de aquel que levanté de los
muertos a Jesús mora en vosotros,

El que levanté de los muertos a Cristo Jesús
vivificará también vuestros cuerpos mortales
por su Espíritu que mora en vosotros.

Porque el Señor es el Espíritu; y donde esté el
Espíritu del Señor, allá hay libertad.

Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta
como en un espejo la gloria del Señor,

Somos transformados de gloria en gloria
en la misma imagen, como por el Espíritu del
Señor.


Estas letras son propiedad de sus respectivos artistas, autores y compositores, y están destinadas únicamente a fines de estudio privado.